domingo, 12 de julio de 2009

No sé qué hice...

No sé lo que hice mal
o quizás fue por algo que no hice,
quizás llegué a aparentar
algo que por ahí no quise...

No pude llegar a saber
que ven en mi tus ojos
o que dejaron de ver,
no sé; quizás cierto recelo y enojo...?

Acaso tengo yo la culpa
que me veas como me ves
o de mostrarme como lo hago;
de ponerme aquella etiqueta estúpida
que no sé qué hace conmigo
y es que no me basta,
no me resulta suficiente
ni yo mismo me la creo,
el llamarme sólo 'tu amigo'.

No, no estoy enojado contigo
ya que el 'problema'
desde todo punto objetivo
radica en que no hice más para merecerte
y ganarme, no sólo, tu respeto y cariño...

Sé que no quieres nada
al menos nada conmigo,
sólo me queda envidiar a aquel individuo
por el que tu corazón late
y desearte toda la suerte del mundo
aunque después aquel tipo te falle,
déjame decirte que aki yace
el corazón inerte de un sujeto
al cual solo etiquetaste como 'amigo'.
Quasimodo.

domingo, 17 de junio de 2007

Cosas curiosas...

Nos conocimos sin darnos cuenta
y surgió de pronto la magia
aquella invisible e inevitable,
y me siento parte de un cuento,
siento de pronto que te extraño
y que no pueda vivir sin tu recuerdo.

Es curioso llegar a darme cuenta
de cómo es que llegué a conocerte
y si bien es cierto en persona,
jamás estuve físicamente contigo
siempre guardo en mi memoria
tu imagen tan linda y fresca
como si te tuviera aquí conmigo.

Es curioso como recién al día de hoy
nos hayamos percatado de aquel hecho,
que recordáramos aquel momento
en el que 2 reverendos desconocidos
dejó cada uno el anonimato
y se mostró uno al otro como eran;
se conocieron y entregaron,
se quisieron y hasta de lejos se amaron
y todo casi 'sin querer queriendo'.

Quasimodo

jueves, 1 de marzo de 2007

Tu voluntad...

Si al final decidiste irte, pues que así sea...
Si viniste sin avisar, no tienes por qué despedirte
Si no quisiste verme, por algo habrá de ser
es cierto, esto se acabó para ti hace mucho
y aunque hasta ahora yo lucho
para que, al igual que tú, esto para mi termine
no importa todo el trecho que camine
hasta mis pasos te han de pertenecer.

Que eres el centro de mi vida,
no sé si eso lo haz llegado a suponer;
y aunque te lancé un sinnúmero de indirectas,
a ninguna quisiste obedecer.
Estás siempre presente en mis días,
aunque tú no lo quieras entender
Es cierto que te marchaste
y a pesar que no lo quiera asimilar,
si es tu voluntad, ha de respetarse.

Quién te dijo que al irte así de pronto
mi corazón llegaría a desterrarte,
y es que él al igual que yo
a pesar de tu ausencia,
es muy difícil que lleguemos a olvidarte.

Si viniste sin haber pedido permiso,
no tienes que explicar el no decir adiós.
Sólo quiero que sepas, y aunque peque de espeso,
que es justo por eso,
que no me resigno a verte partir
sin antes haberte dedicado este poema de amor.

Quasimodo/2007

lunes, 26 de febrero de 2007

Pensamientos sueltos...

Te pido
Cualquier cosa que me pidas, aunque no exista, te la daré... sólo te pido tu corazón a cambio. ¿Es mucho pedir?

Por qué...?
Por qué yo he de alejarme, cuando fuiste tú quien te marchaste...?
Por qué he de ser yo quien busque olvidarte, cuando en cada cosa que hago no hago más que recordarte...?
Por qué yo tengo que odiarte? Si bien sabes que el amarte me mantiene vivo y que sólo vivo aguardando tu regreso...

Eres
Eres el sol que me despierta cada mañana; eres la luna que, de noche, ilumina cada uno de mis pasos; eres aquella estrella que primera se aparece al caer la tarde y con la que comparto mis deseos...


Acudo a la luna como juez y pongo a las estrellas de testigo, que es tu recuerdo el que cada noche me acompaña, que soy fiel en pensamiento y que comparto contigo cada movimiento; que jamás te fuiste de mi lado, pues tus recuerdos en mis sueños me dicen que aún estás aquí.

Un momento...

A veces no hago más que detenerme un instante, contener la respiración y que no pase este momento, guardándomelo para ti y obsequiártelo aunque no estés aquí, ofreciéndotelo aunque tú no estés ni enterada de ello.

Mientras Camino
Mientras camino... sólo busco regocijarme en tu recuerdo para poder dar el siguiente paso.

Quasimodo/2007

viernes, 16 de febrero de 2007

Ayer hablé contigo

Ayer hablé contigo,
y vaya que sí lo siento.
Hablamos largo y tendido,
como hacía mucho tiempo,
recordamos todo tipo de cosas
sin importancia ni sentido,
me acordé que aún te amo
y que mis sentimientos no cambiaron
a pesar de lo que pasó en este tiempo.

Ayer conversamos duro y parejo,
más que nunca en nuestras vidas
hablamos de todas las idas y venidas
de cuando éramos niños hasta viejos.
Mas, si de algo ayer me arrepiento
es que me guardé lo que no debía,
jamás te llegué a decir
que si de algo hasta hoy me lamento,
fue que el haberte dejado ir
resultó siendo, en mi vida,
lo peor que pude haber hecho.
Quasimodo/2007

viernes, 26 de enero de 2007

Si me lo permites...

Si me permítes decirte unas palabras,
te diría lo siguiente:

Qué ganas tengo de verte,
de poder llegar a conocerte.
No sabes como muero por decirte,
que sin darte cuenta de ello,
no dejo de ti estar pendiente.

Dame la oportunidad de sentirte,
y quiero también que me sientas;
permíteme llegar a tu mente
y ser el ángel guardián
de tus sueños mientras duermes.

Quisiera regalarte lo que tengo,
lo que está aquí guardadito.
Mira como te abro mi pecho,
mira como te lo entrego todido.
No guarantees, no questions...

Te digo y te repito lo mismo,
tan sólo te pido una oportunidad
para que me conozcas y descubras
lo que siempre estuvo cautivo
y que, de quererlo, puede ser tuyo
sin medidas, sin recelos,
sin excusas y sin remedio.

Permíteme ser tuyo,
permíteme ofrecerte lo que tengo,
Permíteme mostrarte aquello,
la pequeña gran cuota de mágia
que lo conforman tus recuerdos,
que me tiene pendiente de ti
que me inspira a quererte,
que me inspira a escribirte...
Quasimodo/2007

viernes, 12 de enero de 2007

En una tarde de lluvia...

Viniste así de pronto, y te marchaste tan rápido
que no me diste tiempo siquiera de verte.
Fuiste como una briza de mar que no llegué a sentir,
como un zuzurro que no llegué a escuchar.

El cielo, en esta tarde, llora tu partida nuevamente
yo, viento sus lágrimas caer, intento mostrame fuerte
en mi desconsuelo, intento darle consuelo
buscando encontrar algo de ello en tu recuerdo.

Le cuento al cielo como te descubrí y te llegué a conocer,
le cuento como empezó todo y como llegué a amarte así.
Le cuento como es que te conocí
y como es que te llegué a perder.

Le conté al cielo lo que hicimos y cuánto nos quisimos,
le describí cada detalle de tu carácter,
de tu dulzura y de cómo llegaste a encantarme
le conté de tus anhelos y también los sueños que tú me confiaste.

Le conté también, con lujo de detalles,
lo que nos decíamos cuando caminabamos por las calles
le llegué a contar, incluso, de cómo mi amor te declaré
en un día de lluvia como este y de cómo creí
-qué iluso!- que me ibas a decir que sí.

De pronto la garúa cesó y sin darme cuenta,
me encontraba sin saber dónde
masticando mi bronca en silencio,
mi alma no había dejado de llorar...

Quasimodo/2007