domingo, 20 de agosto de 2006

Me estaré volviendo loco...?

Le hago un guiño al vacío
creyendo que aún estas ahí.
Le hablo de tí a la nostalgia,
cuando ella no deja de contarme
tan sólo recuerdos sobre ti.

Cuando llega la noche sueño contigo,
al arribar la mañana le pido al sol
que persuroso deje su lugar a la luna
pues mi necesidad de verte de nuevo
es tan grande que no bastan las horas del día
para esperar a que mi deseo se cumpla.

Le hablo de ti a mi soledad
mientras ella y la desdicha se mofan de mí,
le cuento nuestras anécdotas a la melancolía
y me dice risueña e incrédula que ya volverás;
la última de mis nuevas amigas,
la tristeza, me agarra tiernamente del hombro
y me invita amigablemente a llorar.
Quasimodo/2006

viernes, 18 de agosto de 2006

Te estoy esperando...

Aquí sentado junto a tu retrato
te estaré esperando todo el tiempo que fuera necesario,
si es que en verdad deseas que te espere.
Me perderé en la oscuridad de mi alma al no tenerte
me perderé entre recuerdos, canciones y cartas,
escribiré cuentos que relaten lo mucho que te quiero
aunque quizás nunca regreses para que las leas.

Gritaré tu nombre al viento por si llegaras a escucharme,
y lloraré mi rabia con toda el alma
para sacar todito lo que tengo aquí dentro,
para sacarte ahorita mismo de mis entrañas,
aunque aún sigas intacta en mi pensamiento.

Y nuevamente cenaré solo,
sentado frente a una taza de café que acabo de servirte
y le hablaré como si nada a tu retrato
pensando que quizás aún no te haz ido;
despertaré con la otra mitad vacía de la cama
buscando tu presencia aunque ya de ti no me quede nada.

Y lloraré por haberte perdido, por no haber podido retenerte,
lloraré mientras aún me queden lágrimas
pues seguiré recordándote, pues no aprendí a olvidarte;
elevaré una plegaria al cielo para que estés bien
donde sea que te encuentres, y
rezaré para que aún recuerdes volver por esa puerta
que se quedó abierta tras tu partida.

Aquí sentado a la mesa te estaré esperando
compartiendo en secreto mis penas con tu retrato...
Quasimodo/2006

viernes, 11 de agosto de 2006

Te digo adiós...

Te digo adiós
y créeme que lo siento.
Siento despedirme de ti,
siento el no poder haberte hablado,
siento el no haberte conquistado
y siento haber muerto al querer intentarlo.

Ni en pesadillas imaginé
que ha de llegar este momento
pues no me siento aún preparado
para decirte adiós
sin creer en lo que estoy diciendo.

Sin embargo el martirio no acaba ahí,
más castigo es para mí el seguir viéndote
tenerte a mi lado y sentirte tan lejos,
inalcanzable, perdida…

Perdida tras haberte dicho adiós
y seguir queriéndote.
Perdida al no resignarme a la idea
que no te pude haber tenido.
Perdida al tener que resignarte
a que otro sea tu dueño…

Te estoy queriendo y te digo adiós
pues tengo que hacerlo,
y no es porque yo haya querido,
sino porque ya no te siento…

Te tengo que decir adiós
pues ya estoy muriendo
y aunque parezca que así como tú
la vida se me está alejando
quisiera decirte que tú y tu indiferencia
son las que me están matando…

Quasimodo/2006

Te estuve mirando...

Ayer, sin decirte una sola palabra
te estuve observando en el bus.
Te contemplé tan bella y con una blanca luz
que creí que aquel momento
no era más que un dulce sueño,
del que no hubiera querido despertar.

Te estuve observando en silencio
sin poder palabra alguna pronunciar.
Me dije, en ese momento, a mi mismo
“Dios mío, qué de bueno habré hecho
para que tú, con este hermoso sueño
mi esperanza pueda regresar”.

Te estuve mirando sólo un instante...

Quasimodo/2005

Tu Rostro

Veo tu rostro angelical
y entre nuestros ojos evidencio
aquel anhelo que tengo
de tomarte entre mis brazos
y decirte que te quiero.

Qué ganas tengo de tenerte,
de poseerte y adorarte.
Qué ganas tengo de amarte
con un inimaginable amor loco,
para que siempre te acuerdes
hasta en los momentos espinosos,
que te he de querer eternamente.

Mirando tu rostro angelical
y te tomo las manos,
sin ganas de contenerme
y sin temor a equivocarme,
te expreso mi deseo ferviente
de amarte hasta la muerte.

Quasimodo/1995

lunes, 7 de agosto de 2006

Algo está pasando...

He dado un paso adelante, cuando
tan sólo hace unos instantes
delante del borde del precipicio estaba.
Me cuentro en franca caída
mas no estiro las manos
para no buscar alguna ayuda
no grito para que nadie me oiga caer.

¿Cómo me siento hoy?
pues digamos que nada bien
me siento aún incompleto
inventando historias que ni yo me las creo
viviendo cuentos que tienen un final incierto.

Pensando y pasando por varias cosas estoy
mas no puedo concentrarme en ninguna
siento que simplemente no quiero hacer nada.
Podría viajar por muchas ciudades,
decir mil y una barbaridades y sin embargo,
en mi memoria no quedará nada.

Cierro los ojos...
Y me veo a mi mismo, siendo aún un niño
sentado sólo en medio de la más intensa oscuridad
alumbrado, apenas, por una luz muy débil.
Me siento dentro de una caja
oyendo voces a lo lejos, mas no pudiendo contestarlas.

Podría caminar todo el día
de maera interminable sin saber donde llegar.
Podría hablar con todos y ninguno a la vez
sin tener absolutamente nada que contarles.
Podría estar viéndote a los ojos
y pensando de manera ilusa,
si algún día me llegue a enamorar.

Sin embargo, al final no pude,
estiré la mano, sentí miedo;
nunca quise hasta el fondo llegar
estoy pidiendo ayuda
y aunque nadie quisiera contestar,
espero que haya alguien que sea aquella ramita
que aguante mi caída,
espero que seas aquel rayito de sol
que venza la oscuridad de mi corazón,
aquel motivo que me haga creer y me haga querer...

¿Será eso posible?

Quasimodo/2006